SANTO DOMINGO.- El Centro de Innovación Atabey dejó abierta la convocatoria para depositar los perfiles de las personas, instituciones y organizaciones que se dedican a promover un desarrollo local sostenible, reservando el medio ambiente y adaptando culturas nuevas que protejan lo ambiental.
Desde el 2 de marzo hasta el 15 de mayo de 2011, se recibirán las propuestas de las entidades que han logrado un desarrollo real en comunidades dominicanas para el Premio Atabey 2011, las cuales pueden ser enviadas a las oficinas del centro, ubicadas en la calle César Nicolás Penson número 73, en Gascue, o escribir a los correos centroatabey@gmail.com y tropical.garden@gmail.com. Para mayor información pueden comunicarse al teléfono 809-221-5566 o visitar la página www.centroatabey.org.
En esta tercera entrega del premio, explica Marianna Szabo, directora ejecutiva de Atabey, serán reconocidas las personas o entidades por haber logrado desarrollar un entorno sostenible protegiendo siempre el medio ambiente y trabajando en beneficio de la biodiversidad y los recursos naturaleza.
Este año el Premio Atabey 2011 será entregado el 30 de junio en la Sala Principal de Bellas Arte y será trasmitido por el Canal 11 y en diferido por los canales 4 y 45.
De acuerdo con Marianna Szabo, pueden optar por este premio personas, empresa privadas, organismos no gubernamentales, patronatos, asociaciones comunitarias e instituciones de educación e investigación que serán reconocidas en los renglones de Energía, Conservación/Reforestación, Turismo, Contribución y Empresarial, entre otros.
Este año, el jurado del premio esta integrado por Domingo Contreras, presidente del Centro Atabey; Ricardo García, director del Jardín Botánico Nacional; César Rodríguez, director del Consorcio Ambiental Dominicano; Alberto Sánchez, coordinador Nacional Programa de Pequeños Subsidios (PNUD); Daneris Santana, vice ministro de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Milton Morrison, coordinador de Energías Alternativas y del Centro ATABEY y Medio Ambiente y Recursos Naturales; y Marianna Szabo, directora Centro Innovación Atabey.
El Centro de Innovación Atabey fue creado en 2007 como una organización sin fines de lucro y promueve en el país el desarrollo sostenible y la preservación del medio ambiente.
martes, mayo 10, 2011
UNPHU realiza concurso "Convierte tu universidad en un campus verde" Presenta exposición "Agua" de egresados
SANTO DOMINGO.- A propósito del Día Mundial del Agua, la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) realizó junto a damas ProUNPHU el acto de premiación del concurso "Convierte tu universidad en un campus verde", donde estudiantes, egresados y personal universitario presentaron proyectos prácticos y educativos para proteger y mejorar las condiciones ambientales de los campus de la universidad.
El acto de premiación estuvo precedido por Helen Broberg de Garrido, quien afirmó que "Soy UNPHU, pienso en Verde" forma parte de las estrategia de gestión ambiental que desarrolla la universidad.
Durante el acto, el ingeniero Ramón Emilio Tió recibió un especial reconocimiento por sus valiosos aportes a la universidad como Decano de la Facultad Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales, y su participación en los primeros proyectos sobre la importancia de la protección del medio ambiente en República Dominicana.
Igualmente, se inauguró la primera exposición fotográfica de egresados, "Agua", una actividad con expositores egresados de la UNPHU bajo la organización del fotógrafo Carlos Acero Ruiz.
Los artistas participantes fueron Rafael Sánchez, José Antigua, Guillermo Armenteros, César Herrera, Guadalupe Casasnovas, Mauricia Domínguez, Sandra Ehlert, José Antonio Constanzo, Cynthia Cunillera, Liz Bernal, Ingrid Fernández, Victoria Thomen, Carlos Acero y Herbert Stern. La exposición estará abierta hasta el 30 de abril en el Salón de la Biblioteca.
La actividad estuvo encabezado por José Rafael Espaillat, vicerrector de Gestión; Roberto Suriel, director del Departamento de Recursos Naturales y Medioambiente; Víctor Beras, vicerrector de Postgrado Investigación y Desarrollo; Lucía Amelia Cabral y Germania Pellerano de Fiallo, Damas ProUnphu.
El acto de premiación estuvo precedido por Helen Broberg de Garrido, quien afirmó que "Soy UNPHU, pienso en Verde" forma parte de las estrategia de gestión ambiental que desarrolla la universidad.
Durante el acto, el ingeniero Ramón Emilio Tió recibió un especial reconocimiento por sus valiosos aportes a la universidad como Decano de la Facultad Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales, y su participación en los primeros proyectos sobre la importancia de la protección del medio ambiente en República Dominicana.
Igualmente, se inauguró la primera exposición fotográfica de egresados, "Agua", una actividad con expositores egresados de la UNPHU bajo la organización del fotógrafo Carlos Acero Ruiz.
Los artistas participantes fueron Rafael Sánchez, José Antigua, Guillermo Armenteros, César Herrera, Guadalupe Casasnovas, Mauricia Domínguez, Sandra Ehlert, José Antonio Constanzo, Cynthia Cunillera, Liz Bernal, Ingrid Fernández, Victoria Thomen, Carlos Acero y Herbert Stern. La exposición estará abierta hasta el 30 de abril en el Salón de la Biblioteca.
La actividad estuvo encabezado por José Rafael Espaillat, vicerrector de Gestión; Roberto Suriel, director del Departamento de Recursos Naturales y Medioambiente; Víctor Beras, vicerrector de Postgrado Investigación y Desarrollo; Lucía Amelia Cabral y Germania Pellerano de Fiallo, Damas ProUnphu.
Los secretos de la mar océana
Muestras de las aguas del mar que baña a Santo Domingo andan rumbo a España, a bordo del buque Sarmiento de Gamboa, para ser estudiadas con el propósito evaluar el impacto global en el océano y estudiar su biodiversidad.
Tal es el objetivo general de la Expedición Oceanográfica Malaspina, uno de cuyos dos buques vino a Santo Domingo en marzo pasado con un equipo de investigadores que tomaron medidas de temperatura, salinidad, oxígeno disuelto en el mar y dióxido de carbono y fijación de nitrógeno.
La expedición Malaspina se inició hace poco más de tres meses, cuando el Hespérides, el otro de los buques que forman parte de ella, zarpó desde España. Entre éste y el Sarmiento de Gamboa acumularán cerca de nueve meses de navegación, 33,000 millas náuticas y montones de muestras con las que aspiran a alcanzar el objetivo.
La ruta hasta Santo Domingo tuvo como jefe científico a Alonso Hernández, quien es de los piensa que se sabe más de Marte y de la Luna que del océano, por lo que éste es, a su juicio, "el gran desconocido en las ciencias mundiales".
Le resulta inconcebible que se desconozca tanto de aquello que compone el 70 por ciento del globo terráqueo y que además tiene una importancia vital en el proceso del cambio climático.
Hernández comenzó sus exploraciones oceanográficas en sus natales Islas Canarias y es investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Experiencia en SD
Los científicos a bordo del Sarmiento de Gamboa han explorado durante algo menos de dos meses el giro subtropical del Atlántico Norte, una región del océano de gran interés para los estudios de clima. El barco partió el pasado 27 de enero de Las Palmas de Gran Canaria con un equipo formado por 21 investigadores, 5 técnicos de la Unidad de Tecnología Marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) 16 tripulantes y 15 estudiantes.
Parece mucho trabajo para tan solo tres días, que fue el tiempo que permaneció en el país el Sarmiento de Gamboa y, de hecho, así lo estimó Alonso Hernández, en entrevista concedida a DL Medioambiente.
"El tiempo nunca es suficiente en este tipo de misión. Nos hemos encontrado con un montón de personas con las que deberíamos haber entablado más conversaciones para lograr más acuerdos y colaboraciones, pero ha sido imposible", expresó Hernández quien debió quedarse dos días más de los previstos para sacar mayor provecho a la estadía aquí.
Por la naturaleza de la expedición, no se puede hablar de los hallazgos en Santo Domingo por ahora, dice Hernández. "En un campaña oceanográfica se toman medidas para luego analizarlas en los laboratorios. Hemos podido analizar algo en el buque, que es un laboratorio flotante, pero otras muestras tienen que requieren análisis más finos deben ser realizados en España", refiere.
Desde que salió de Islas Canarias, el buque ha hecho 177 estaciones oceanográficas desde la superficie hasta los 6,000 metros de profundidad "en las que tomamos las muestras y medidas", detalló Hernández, quien comenzó a trabajar en investigación oceanográfica en 1987.
El día a día
En el Sarmiento de Gamboa se trabaja 24 horas al día, sin descanso. Hay turnos de ocho horas divididos en lapsos de cuatro. En todo momento se trabaja haciendo distintos tipos de medidas y experimentos.
"Utilizamos un instrumento llamado Uceta, al que rodean 24 botellas oceanográficas y CTD, un instrumento que mide salinidad, temperatura y presión, desde la super-ficie hasta el fondo, cada dos metros de profundidad. Luego, cerramos las 24 botellas a distintas profundidades (la más profunda a 6,000 mil metros). Después tomamos distintas medidas del océano", explica Hernández.
En el trabajo del Sarmiento de Gamboa no hay riesgo físico, asegura Hernández. El buque es grande y espacioso y el equipo trabaja con arneses y cascos. Cuando el mar está bravío no hay sensación de inseguridad.
Tal es el objetivo general de la Expedición Oceanográfica Malaspina, uno de cuyos dos buques vino a Santo Domingo en marzo pasado con un equipo de investigadores que tomaron medidas de temperatura, salinidad, oxígeno disuelto en el mar y dióxido de carbono y fijación de nitrógeno.
La expedición Malaspina se inició hace poco más de tres meses, cuando el Hespérides, el otro de los buques que forman parte de ella, zarpó desde España. Entre éste y el Sarmiento de Gamboa acumularán cerca de nueve meses de navegación, 33,000 millas náuticas y montones de muestras con las que aspiran a alcanzar el objetivo.
La ruta hasta Santo Domingo tuvo como jefe científico a Alonso Hernández, quien es de los piensa que se sabe más de Marte y de la Luna que del océano, por lo que éste es, a su juicio, "el gran desconocido en las ciencias mundiales".
Le resulta inconcebible que se desconozca tanto de aquello que compone el 70 por ciento del globo terráqueo y que además tiene una importancia vital en el proceso del cambio climático.
Hernández comenzó sus exploraciones oceanográficas en sus natales Islas Canarias y es investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Experiencia en SD
Los científicos a bordo del Sarmiento de Gamboa han explorado durante algo menos de dos meses el giro subtropical del Atlántico Norte, una región del océano de gran interés para los estudios de clima. El barco partió el pasado 27 de enero de Las Palmas de Gran Canaria con un equipo formado por 21 investigadores, 5 técnicos de la Unidad de Tecnología Marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) 16 tripulantes y 15 estudiantes.
Parece mucho trabajo para tan solo tres días, que fue el tiempo que permaneció en el país el Sarmiento de Gamboa y, de hecho, así lo estimó Alonso Hernández, en entrevista concedida a DL Medioambiente.
"El tiempo nunca es suficiente en este tipo de misión. Nos hemos encontrado con un montón de personas con las que deberíamos haber entablado más conversaciones para lograr más acuerdos y colaboraciones, pero ha sido imposible", expresó Hernández quien debió quedarse dos días más de los previstos para sacar mayor provecho a la estadía aquí.
Por la naturaleza de la expedición, no se puede hablar de los hallazgos en Santo Domingo por ahora, dice Hernández. "En un campaña oceanográfica se toman medidas para luego analizarlas en los laboratorios. Hemos podido analizar algo en el buque, que es un laboratorio flotante, pero otras muestras tienen que requieren análisis más finos deben ser realizados en España", refiere.
Desde que salió de Islas Canarias, el buque ha hecho 177 estaciones oceanográficas desde la superficie hasta los 6,000 metros de profundidad "en las que tomamos las muestras y medidas", detalló Hernández, quien comenzó a trabajar en investigación oceanográfica en 1987.
El día a día
En el Sarmiento de Gamboa se trabaja 24 horas al día, sin descanso. Hay turnos de ocho horas divididos en lapsos de cuatro. En todo momento se trabaja haciendo distintos tipos de medidas y experimentos.
"Utilizamos un instrumento llamado Uceta, al que rodean 24 botellas oceanográficas y CTD, un instrumento que mide salinidad, temperatura y presión, desde la super-ficie hasta el fondo, cada dos metros de profundidad. Luego, cerramos las 24 botellas a distintas profundidades (la más profunda a 6,000 mil metros). Después tomamos distintas medidas del océano", explica Hernández.
En el trabajo del Sarmiento de Gamboa no hay riesgo físico, asegura Hernández. El buque es grande y espacioso y el equipo trabaja con arneses y cascos. Cuando el mar está bravío no hay sensación de inseguridad.
La expedición
Es un proyecto del programa Consolider-Ingenio 2010 financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación Español. Comprende 27 grupos de investigación del CSIC, el Instituto Español de Oceanografía, 16 universidades, un museo, una fundación pública de investigación y la Armada Española. En el financiamiento han colaborado también esta última, el CSIC, la Fundación BBVA, universidades y comunidades autónomas. El monto ronda los seis millones de euros.
El Hespérides partió de Cádiz el 15 de diciembre de 2010 y ha realizado paradas en Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Perth y Sidney. Tiene previsto detenerse en Auckland, Honolulú, Panamá y Cartagena de Indias, para terminar la expedición en julio de 2011 en Cartagena (España).
El nombre del proyecto hace honor al marino italiano Alejandro Malaspina (Mulazzo, 1754 - Pontremoli, 1810), capitán de fragata de la Real Armada Española, de cuya muerte se cumplieron 200 años en 2010.
El Hespérides partió de Cádiz el 15 de diciembre de 2010 y ha realizado paradas en Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Perth y Sidney. Tiene previsto detenerse en Auckland, Honolulú, Panamá y Cartagena de Indias, para terminar la expedición en julio de 2011 en Cartagena (España).
El nombre del proyecto hace honor al marino italiano Alejandro Malaspina (Mulazzo, 1754 - Pontremoli, 1810), capitán de fragata de la Real Armada Española, de cuya muerte se cumplieron 200 años en 2010.
El viento que traerá luz
En agosto arrancarán estas palas para aportar al sistema eléctrico nacional 33,45 megavatios. Son los primeros de un total de 100, que llegarán después en diferentes etapas. Ha sido la tozudez de EgeHaina o mejor, su convicción de que los vientos soplan en esa dirección, que lo de las energías limpias no es un cuento para ecologistas impenitentes y que no hay dirección más adecuada.
En el camino quedan decenas de otras propuestas desechadas, de concesiones vencidas, de fondos que nunca aparecieron, préstamos que no se obtuvieron, de años de trámites eternos en las no siempre ágiles cámaras legislativas... y de inversionistas extranjeros desilusionados que se fueron resoplando, con sus millones y molinos, a otra parte. Encontraron, comentaban éstos con la prensa (y siempre ´off the record´) en aquellos días, todo tipo de zancadillas institucionales, dilaciones inesperadas, lagunas legales.
Resuelto este último aspecto, primero con la Ley 57-07 de Fomento de Energías Renovables y luego su reglamento de aplicación, la empresa local EgeHaina decidió apostar a las energías limpias con una inversión de 100 millones de dólares. Han sido los necesarios para instalar los dos parques eólicos de Juancho, los 56 kilómetros de red para verter la energía producida a la línea central de transmisión eléctrica, construir caminos, dos subestaciones y la adaptación y refuerzo del muelle de Cementos Andinos para recibir los equipos.
El Parque Eólico Los Cocos recoge las fuerzas de los alisios que peinan el Atlántico y entran a tierra justo por esa esquinita del mapa. No es una ubicación caprichosa, la medición de los vientos se toma hora por hora durante más de un año para determinar la mejor ubicación. Ni siquiera Juancho era el primer intento: cinco molinos llegaron a suelo dominicano con la intención de erguirse en Cabo Engaño en 2008. ¿No era ese el momento o no era aquella la ubicación perfecta? Ya da igual, el hecho es que nunca se llegó a aprobar la instalación de aquellos primeros molinos que habían llegado a la isla. Desde el sector oficial se consideró que un polo turístico no era compatible con un parque energético.
Los molinos, almacenados por años, se estropearon a tal punto que debieron hacer el viaje de vuelta a casa, en España, para después de una reconstrucción casi total... regresar a República Dominicana, esta vez camino del Sur.
Quilvio Cabrera
Mientras tanto, un funcionario ajeno al sector eléctrico se convertiría en parte importante del proyecto. Quilvio Cabrera, entonces director del Instituto Agrario Dominicano (IAD) y al tanto de la desilusionante experiencia del proyecto de Cabo Engaño, valoró la posibilidad de crear un parque energético en Pedernales, donde los parceleros del IAD en Juancho -entendía él- se avendrían a negociar la instalación de las torres en sus parcelas.
En el camino quedan decenas de otras propuestas desechadas, de concesiones vencidas, de fondos que nunca aparecieron, préstamos que no se obtuvieron, de años de trámites eternos en las no siempre ágiles cámaras legislativas... y de inversionistas extranjeros desilusionados que se fueron resoplando, con sus millones y molinos, a otra parte. Encontraron, comentaban éstos con la prensa (y siempre ´off the record´) en aquellos días, todo tipo de zancadillas institucionales, dilaciones inesperadas, lagunas legales.
Resuelto este último aspecto, primero con la Ley 57-07 de Fomento de Energías Renovables y luego su reglamento de aplicación, la empresa local EgeHaina decidió apostar a las energías limpias con una inversión de 100 millones de dólares. Han sido los necesarios para instalar los dos parques eólicos de Juancho, los 56 kilómetros de red para verter la energía producida a la línea central de transmisión eléctrica, construir caminos, dos subestaciones y la adaptación y refuerzo del muelle de Cementos Andinos para recibir los equipos.
El Parque Eólico Los Cocos recoge las fuerzas de los alisios que peinan el Atlántico y entran a tierra justo por esa esquinita del mapa. No es una ubicación caprichosa, la medición de los vientos se toma hora por hora durante más de un año para determinar la mejor ubicación. Ni siquiera Juancho era el primer intento: cinco molinos llegaron a suelo dominicano con la intención de erguirse en Cabo Engaño en 2008. ¿No era ese el momento o no era aquella la ubicación perfecta? Ya da igual, el hecho es que nunca se llegó a aprobar la instalación de aquellos primeros molinos que habían llegado a la isla. Desde el sector oficial se consideró que un polo turístico no era compatible con un parque energético.
Los molinos, almacenados por años, se estropearon a tal punto que debieron hacer el viaje de vuelta a casa, en España, para después de una reconstrucción casi total... regresar a República Dominicana, esta vez camino del Sur.
Quilvio Cabrera
Mientras tanto, un funcionario ajeno al sector eléctrico se convertiría en parte importante del proyecto. Quilvio Cabrera, entonces director del Instituto Agrario Dominicano (IAD) y al tanto de la desilusionante experiencia del proyecto de Cabo Engaño, valoró la posibilidad de crear un parque energético en Pedernales, donde los parceleros del IAD en Juancho -entendía él- se avendrían a negociar la instalación de las torres en sus parcelas.
En sus planes subyacía la visión de abordar una segunda fase dedicando esas mismas tierras a producir cultivos energéticos de biomasa. Combinando ambas energías se lograría, pensaba él, un mejor rendimiento del espacio y estabilidad de la red cuando no hubiera viento.
El proyecto seguía creciendo en la visión de los emprendedores: un parque de energía limpia en el pleno sentido, que ayudaría a despertar a esta región sureña, en la que más de un 60% de los hogares viven en estado de pobreza.
Quilvio Cabrera murió el 13 de abril de 2008 en un accidente de tráfico. EgeHaina culminó las negociaciones con los parceleros, comenzó a instalar los aerogeneradores y decidió bautizar el segundo parque eólico de Juancho en su honor.
¿Qué hay en Juancho?
En una extensión de 343 hectáreas se levantan el Parque Eólico Los Cocos y el Parque Eólico Quilvio Cabrera que producirán 33,45 megavatios. 25 megavatios en el primero y 8 megavatios en el segundo. Es el principio.
El Parque Los Cocos presume ya de sus 19 aerogeneradores (14 Vesta V90 y 5 Vesta V82) distribuidos en tres alineaciones en dirección noroeste, con sus rotores siempre husmeando la dirección del viento. El Quilvio Cabrera, por su parte, consta de cinco aerogeneradores. El potencial eólico de la zona es enorme y podría, en un futuro y con progresivas ampliaciones, cubrir las necesidades de una población de 88,000 habitantes y evitar la emisión de 68,000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
El proyecto seguía creciendo en la visión de los emprendedores: un parque de energía limpia en el pleno sentido, que ayudaría a despertar a esta región sureña, en la que más de un 60% de los hogares viven en estado de pobreza.
Quilvio Cabrera murió el 13 de abril de 2008 en un accidente de tráfico. EgeHaina culminó las negociaciones con los parceleros, comenzó a instalar los aerogeneradores y decidió bautizar el segundo parque eólico de Juancho en su honor.
¿Qué hay en Juancho?
En una extensión de 343 hectáreas se levantan el Parque Eólico Los Cocos y el Parque Eólico Quilvio Cabrera que producirán 33,45 megavatios. 25 megavatios en el primero y 8 megavatios en el segundo. Es el principio.
El Parque Los Cocos presume ya de sus 19 aerogeneradores (14 Vesta V90 y 5 Vesta V82) distribuidos en tres alineaciones en dirección noroeste, con sus rotores siempre husmeando la dirección del viento. El Quilvio Cabrera, por su parte, consta de cinco aerogeneradores. El potencial eólico de la zona es enorme y podría, en un futuro y con progresivas ampliaciones, cubrir las necesidades de una población de 88,000 habitantes y evitar la emisión de 68,000 toneladas de CO2 a la atmósfera.

La producción energética anual de República Dominicana es de 11,000 Gigavatios hora, para un consumo eléctrico de 10,900 Gigavatios hora aproximadamente, explican los técnicos de EgeHaina. La generación de electricidad está dominada por plantas térmicas que mayoritariamente funcionan con combustibles derivados del petróleo importado. La capacidad instalada de los servicios públicos es de unos 3,000 megavatios de los cuales el 82% proviene de origen térmico y el 18% de hidroeléctrico.
Sí, ¿pero es más cara?
"La tecnología eólica es cara", confirman los ingenieros de Cobra, empresa española encargada del montaje, cuestionados a pie de aerogenerador. "Pero a la larga, es una apuesta rentable ya que no depende de la compra de combustibles fósiles, y con el precio del petróleo subiendo cada semana...". La conversación tenía lugar apenas días después del desastre nuclear provocado por el terremoto sufrido por Japón. "Esa tragedia, es duro decirlo, movilizará fondos hacia la investigación en energía eólica."
Ese es un detalle importante. La investigación en el campo de las energías renovables es tan intensa que la tecnología puede quedarse obsoleta bien pronto. De hecho, los aerogeneradores del Parque Los Cocos ya son de una generación posterior a los del Quilvio Cabrera, aquellos cinco que llegaron para Cabo Engaño.
Si el viento es gratis... ¿por qué es cara?
Aquí habla ya el hombre de los números. Para Tito Sanjurjo, gerente general de EgeHaina, "la gente asume que el viento es gratis, pero es que la inversión es más cara. Una planta diesel tiene un costo de menos de 1,000 dólares el kilovatio instalado. La planta eólica alcanza los 3,300 dólares el kilovatio instalado. Una planta térmica diesel genera el 92% del tiempo, es decir, requiere menor inversión y se logra más producción porque un sistema de generación eólica produce el 33% del tiempo."
Resumiendo: cuesta 3 veces más y genera 3 veces menos. Así que el viento es gratis pero... Y resume Sanjurjo: "al final el costo es competitivo contra el fuel oil, porque se libra de las continuas alzas del petróleo. Y libera al país de tener que gastar divisas."
Y el viento, ese "combustible" gratuito, tiene sus secretos. El mapa eólico de la República Dominicana puede verse en www.ambiente.gob.do El primero se elaboró hacia 1998 y en 2001 los técnicos de EgeHaina empezaron a medir tanto en el Este como en el Sur.
Hoy se puede medir el viento a nivel global a través de satélites, superando la etapa tradicional de la brújula y la veleta. Pero lo importante, explica César Santos, Gerente de Proyectos de EgeHaina, es determinar en qué zona el potencial de viento en la punta de la nariz del aerogenerador (no era broma lo de "husmear los vientos") es más fuerte y constante.
El país tiene un alto potencial, pero el problema del desarrollo de los parques eólicos es que "como Dios pone el viento donde quiere..." los puntos más apetecibles están en las zonas más rurales, generalmente alejadas de las líneas de transmisión. "Pero este es un país pequeño -interviene Sanjurjo- ese es un problema solucionable de manera relativamente fácil. Aquí, más que la distancia hasta la línea de transmisión, el problema es que los mejores vientos están en los parques nacionales de esta zona. Allí no se pueden instalar molinos y el recurso del viento es incluso más valioso que en Juancho."
Pero... ¿los ecologistas no aman la energía eólica?
Tienen sus reticencias. Es energía limpia, sí, pero en otros países grupos ecologistas han mostrado su rechazo a la proliferación de aerogeneradores por considerar que interfieren con las migraciones de las aves. Y en segundo lugar hay quien los rechaza porque interfieren con la percepción de la visual, del paisaje.
Por el contrario (y esta sí es una opinión muy personal de quien escribe) al llegar al Parque de Los Cocos, la impresión de los molinos, todavía sin energía que ofrecer, es estimulante. El paisaje del Sur, de una belleza dura, de intensos azules y verdes en contraste con tierras resecas y poblaciones muy pobres, se transforma en el parque en un oasis de posibilidades. Parecería que los molinos auguran otro Sur.
Volvamos al viento. Antes de salir con el proyecto debajo del brazo camino de un banco (este no es el caso del Parque Los Cocos, que se ha levantado sin financiación) para pedir fondos prestados, es preciso medir y certificar el viento, hora a hora, por más de un año. En Juancho, la media es de 7 metros por segundo, pero hay picos de 25 metros por segundo. Pero si este primer paso se tomó sólo un año, el proceso burocrático se tomó más. De las primeras mediciones del viento en la zona hasta este reportaje... "sólo" han pasado nueve años.
Quizá usted no pueda, así de improviso, ubicar Juancho. Pero esta comunidad de Pedernales es la que ha puesto a República Dominicana
Beneficios colaterales
Apostar por la eólica, a juicio de Tito Sanjurjo, gerente general de EgeHaina, no sólo alivia la dependencia de los combustibles fósiles, sino que es una apuesta por el medio ambiente. Y eso, para un país con decidida vocación turística no debe ser secundario.
María Teresa Costa Campi, la presidenta del CNE -Comisión Nacional de Energía de España, visitó recientemente el país. De sus palabras se pudieron extraer algunas ideas clave:
1. Falta de madurez y estandarización tecnológica. La oferta en energías limpias es variada (eólica, solar, gas natural, biomasa) lo cual hace que los procesos sean complicados y se encarezca una instalación estandarizada.
2. Falta de concienciación. Todavía necesitan subsidio, las investigaciones y la tecnología son muy caras, lo que encarece el precio. El público todavía cree que el subsidio "lo paga el Estado", no el consumidor con sus impuestos.
3. Complejidad regulatoria. Son demasiadas agencias y sectores de generación distintos para regular, sin una dirección clara desde la Administración.
4. Temor de quedar obsoletos en muy corto tiempo. Cada día aparecen nuevas tecnologías para aprovechar las energías renovables, que podrían "envejecer" antes de tiempo la inversión hecha.
5. Largo plazo de recuperación de la inversión. Sólo a largo plazo es rentable invertir en energías no tradicionales, y siempre existe la duda de que después de la inversión elegida no aparecerán nuevas regulaciones e impuestos de gobiernos voraces.
Pero... ¿los ecologistas no aman la energía eólica?
Tienen sus reticencias. Es energía limpia, sí, pero en otros países grupos ecologistas han mostrado su rechazo a la proliferación de aerogeneradores por considerar que interfieren con las migraciones de las aves. Y en segundo lugar hay quien los rechaza porque interfieren con la percepción de la visual, del paisaje.
Por el contrario (y esta sí es una opinión muy personal de quien escribe) al llegar al Parque de Los Cocos, la impresión de los molinos, todavía sin energía que ofrecer, es estimulante. El paisaje del Sur, de una belleza dura, de intensos azules y verdes en contraste con tierras resecas y poblaciones muy pobres, se transforma en el parque en un oasis de posibilidades. Parecería que los molinos auguran otro Sur.
Volvamos al viento. Antes de salir con el proyecto debajo del brazo camino de un banco (este no es el caso del Parque Los Cocos, que se ha levantado sin financiación) para pedir fondos prestados, es preciso medir y certificar el viento, hora a hora, por más de un año. En Juancho, la media es de 7 metros por segundo, pero hay picos de 25 metros por segundo. Pero si este primer paso se tomó sólo un año, el proceso burocrático se tomó más. De las primeras mediciones del viento en la zona hasta este reportaje... "sólo" han pasado nueve años.
Quizá usted no pueda, así de improviso, ubicar Juancho. Pero esta comunidad de Pedernales es la que ha puesto a República Dominicana
Beneficios colaterales
Apostar por la eólica, a juicio de Tito Sanjurjo, gerente general de EgeHaina, no sólo alivia la dependencia de los combustibles fósiles, sino que es una apuesta por el medio ambiente. Y eso, para un país con decidida vocación turística no debe ser secundario.
María Teresa Costa Campi, la presidenta del CNE -Comisión Nacional de Energía de España, visitó recientemente el país. De sus palabras se pudieron extraer algunas ideas clave:
1. Falta de madurez y estandarización tecnológica. La oferta en energías limpias es variada (eólica, solar, gas natural, biomasa) lo cual hace que los procesos sean complicados y se encarezca una instalación estandarizada.
2. Falta de concienciación. Todavía necesitan subsidio, las investigaciones y la tecnología son muy caras, lo que encarece el precio. El público todavía cree que el subsidio "lo paga el Estado", no el consumidor con sus impuestos.
3. Complejidad regulatoria. Son demasiadas agencias y sectores de generación distintos para regular, sin una dirección clara desde la Administración.
4. Temor de quedar obsoletos en muy corto tiempo. Cada día aparecen nuevas tecnologías para aprovechar las energías renovables, que podrían "envejecer" antes de tiempo la inversión hecha.
5. Largo plazo de recuperación de la inversión. Sólo a largo plazo es rentable invertir en energías no tradicionales, y siempre existe la duda de que después de la inversión elegida no aparecerán nuevas regulaciones e impuestos de gobiernos voraces.
Incentivos fiscales para generar energía limpia HASTA EL 2020 EXONERARAN DE PAGO DE IMPUESTO EMPRESAS QUE GENEREN ENERGÍA RENOVABLE
Solange de la Cruz Matos
Santo Domingo
La ley de Incentivo al Desarrollo de las Energías Renovables (No. 57-07), vigente desde 2007, ofrece una amplia gama de exenciones impositivas en aras de estimular a sectores económicos nacionales e internacionales a invertir en ese nicho de mercado.
Mediante ese instrumento el país pretende reducir la dependencia de la importación de petróleo, desarrollar fuentes renovables de energía y estimular proyectos de inversión privada en ese ámbito, así como mitigar impactos ambientales negativos.
La legislación en cuestión contempla exenciones de un 100 por ciento de las cargas impositivas, incluyendo el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), a los equipos y maquinarias importados para instalaciones termo-solares de hasta 120 megavatios, parques eólicos de hasta 50 megavatios, instalaciones fotovoltaicas, mini-hidroeléctricas de hasta cinco megavatios, energías oceánicas, generadores de calor con biomasa de hasta 80 megavatios y para la generación de biocombustibles, que son obtenidos a partir de fuentes de origen vegetal o de desechos municipales, agrícolas e industriales de tipo orgánicos.
Contempla, además, la exención de Impuesto Sobre la Renta (ISR) durante 10 años y hasta el 2020, al iniciar sus operaciones, así como la reducción del impuesto al financiamiento externo.
Bajo esa sombrilla se construyen los parques eólicos Juancho Los Cocos, en Pedernales, que ejecuta en el país la Empresa Generadora de Electricidad de Haina con una inversión de US$68.0 millones, para la generación de 33 megavatios; Matafongo, en Peravia, del Grupo Eólico Dominicano, con una potencia de 30 megavatios y una inversión de US$62.0 millones, y el de Guanillo, en Montecristi, de Parques Eólicos del Caribe, que invierte US$103 millones para una potencia de 50 megavatios.
La Comisión Nacional de Energía (CNE), durante una exposición hecha por su director ejecutivo, Enrique Ramírez, al participar en el foro sobre eficiencia energética y energías renovables para la sostenibilidad del turismo en República Dominicana, organizado recientemente por la Cámara Oficial Española de Comercio e Industria de República Dominicana, asegura que esos proyectos implican un ahorro de 794,884 barriles de petróleo al año, que equivalen a US$64 millones en importación; una reducción de 237,571 toneladas de dióxido de carbono (CO2), y una contribución de 297 millones de kilovatios hora generados, suficientes para abastecer a 366,624 personas.
Requerimientos a llenar
Ese mismo escenario fue aprovechado por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), que estuvo representada por el subdirector Roberto Rodríguez, para ilustrar quiénes y cómo se pueden beneficiar de esos incentivos tributarios.
Ese mismo escenario fue aprovechado por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), que estuvo representada por el subdirector Roberto Rodríguez, para ilustrar quiénes y cómo se pueden beneficiar de esos incentivos tributarios.
Indica que para la exención de ITBIS a equipos y materiales que promuevan el uso de fuentes de energía renovable y ventas al consumidor final se requiere una resolución o certificación de la CNE, y que el contribuyente realice una solicitud de exención anexando cotizaciones o facturas proformas originales emitidas por los suplidores para que sean debidamente autorizadas por la DGII.
En lo relativo a la exención del ISR por 10 años a partir del inicio de las operaciones, precisa que para aplicar la exención la empresa debe dedicarse exclusivamente a la producción de energía renovable o a la fabricación de partes y equipos nacionales con un valor agregado mínimo del 35 por ciento.
A la fecha, informa, han recibido de los productores ocho solicitudes de crédito fiscal del 75%, cuatro de las cuales fueron aprobadas y las demás rechazadas debido a que no estaban al día en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, no les anexaron los comprobantes fiscales y recibos de pago que sustenten el costo de adquisición, o no contaban con la certificación que les otorga el beneficio.
En tanto, las solicitudes de exención de ITBIS son 14, de las cuales aprobaron ocho y rechazaron seis porque la factura proforma tenía una fecha diferente a la aprobada en la resolución, no anexaron la resolución de la CNE, por diferencia de bienes y servicios contemplados en las facturas proformas y en la resolución, o no estaban al día en el cumplimiento de sus compromisos fiscales.
CUERPO LEGAL PARA ENERGÍAS RENOVABLES
La ley No. 57-07, en su artículo 9, ofrece una lista de equipos, partes y sistemas a recibir exención aduanera, en la que aparecen paneles fotovoltaicos y celdas solares, inversores y/o convertidores indispensables para el funcionamiento de los sistemas de energías renovables, pilas de combustible y los equipos y aparatos destinados a la generación de hidrógeno, calentadores solares de agua o de producción de vapor y turbinas hidráulicas y de vapor, estas últimas con una potencia no superior a 80 megavatios.
La ley No. 57-07, en su artículo 9, ofrece una lista de equipos, partes y sistemas a recibir exención aduanera, en la que aparecen paneles fotovoltaicos y celdas solares, inversores y/o convertidores indispensables para el funcionamiento de los sistemas de energías renovables, pilas de combustible y los equipos y aparatos destinados a la generación de hidrógeno, calentadores solares de agua o de producción de vapor y turbinas hidráulicas y de vapor, estas últimas con una potencia no superior a 80 megavatios.
En su artículo 10 dispone la exención del Impuesto sobre la Renta por un período de diez años años a partir del inicio de sus operaciones, y con vigencia máxima hasta el año 2020, sobre los ingresos derivados de la generación y venta de electricidad, agua caliente, vapor, fuerza motriz, biocombustibles o combustibles sintéticos señalados, generados a base de fuentes renovables de energía.
En su artículo 13, dedicado al incentivo de proyectos comunitarios, registra que toda organización comunitaria, asociación de productores y cooperativa registrada e incorporada que desee desarrollar fuentes de energía renovables a pequeña escala para uso comunitario, podrá acceder a fondos de financiamientos a las tasas más bajas del mercado para proyectos de desarrollo, por un monto de hasta el 75% de su costo total.
Y el artículo 14, que se refiere a los certificados y bonos por reducción de emisiones contaminantes, indica que éstos pertenecen a los propietarios de los proyectos, para beneficio comercial de los mismos.
Finalmente, la legislación instituye un régimen especial para el uso biocombustibles, en el que instruye a mezclar los carburantes con biocombustibles en unas proporciones establecidas por el CNE y que deben realizar las empresas mayoristas.
“Se usará primordialmente alcohol carburante (bioetanol) extraído a partir del procesamiento de la caña de azúcar o de cualquier otra biomasa en el país, para mezclas en el caso de las gasolinas, y bio-diesel (gasoil vegetal) obtenido de cultivos oleaginosos nacionales o de aceites e importación en caso de déficit de materias primas, para el caso de mezclas con el combustible diesel o gasoil”, indica.
Marcos Díaz es nombrado Embajador Nacional de Buena Voluntad del PNUD
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha nombrado hoy como su Embajador Nacional de Buena Voluntad para los Objetivos de Desarrollo del Milenio al nadador de ultra distancias Marcos Díaz, quien nadó uniendo los continentes por el cumplimiento de estos objetivos.
Díaz ha demostrado en numerosas ocasiones que él puede ser parte de las soluciones. Junto con una coalición de organizaciones públicas, privadas y el apoyo de las Naciones Unidas, Marcos inició la travesía “Nadando a través de los continentes”, en la que unió a nado los cinco continentes y terminó entregando un libro de firmas al Secretario General de la ONU, Ban ki-moon. También trabaja desde de su fundación para fomentar la concienciación sobre las necesidades de los niños que padecen de problemas respiratorios.
Los ODM son un conjunto de ocho metas acordadas a escala mundial con el fin de reducir la pobreza a la mitad para 2015, a través de la lucha contra el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación ambiental y la discriminación contra la mujer. El PNUD trabaja en 166 países del mundo para elaborar, llevar a cabo y supervisar sus propios planes nacionales de desarrollo basados en los ODM.
“Necesitamos constantemente “manos” que nos ayuden a divulgar y recordar lo importante que son estos ideales”, declaró Valerie Julliand, Representante Residente del PNUD en República Dominicana.
Marcos Díaz se une a otros ocho Embajadores de Buena Voluntad del PNUD: cinco futbolistas, Ronaldo de Lima, Iker Casillas, Zinédine Zidane, Didier Drogba y la número uno mundial del fútbol femenino, Marta Vieira da Silva; la tenista Maria Sharapova, el actor español Antonio Banderas, la actriz japonesa Misako Konno y Su Alteza Real el Príncipe Heredero Haakon de Noruega.
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